Los peligros de las hojas caídas.
A medida que se acerca el último día del verano, las mañanas se vuelven más frías y las tardes se oscurecen antes. Pronto, también, las hojas empiezan a caer de los árboles, creando un delicioso aura de paseos otoñales. Pintan los paisajes de las ciudades y los pueblos con colores hermosos y brillantes e invitan a los niños a saltar en ellos. Sin embargo, las hojas caídas en otoño suponen un peligro para la salud y también pueden provocar situaciones peligrosas en casa y en la carretera.
Infecciones víricas y alergias
Los médicos advierten que los paseos por plazas y parques cuando caen las hojas suelen ser causa de mala salud para los alérgicos, las personas con problemas respiratorios y los diabéticos. El otoño es una estación de lluvia y clima más frío. Bajo la influencia de estos factores, las hojas caídas comienzan a pudrirse y se desarrolla moho en su superficie, que se transmite por el aire a través de las esporas.
Una infección fúngica tiene un efecto inflamatorio en las mucosas humanas y provoca una respuesta inmunitaria en forma de secreción nasal, tos, estornudos o hinchazón. Por tanto, se aconseja a los alérgicos que eviten caminar por zonas con hojas caídas.
Los médicos también aconsejan a las personas con diabetes de tipo 1 y 2 que presten atención a su salud también durante el otoño. La elevación del azúcar en sangre es la causa de las reacciones inflamatorias y del debilitamiento del sistema inmunitario. Si no se controlan los niveles de glucosa, los hongos, las bacterias y los microorganismos de las hojas caídas pueden entrar más fácilmente en el cuerpo y causar enfermedades respiratorias o bronquitis.
Caminos y senderos resbaladizos
Las hojas en las autopistas y carreteras suponen un peligro especial para los conductores. Si llueve, los expertos aconsejan mantener una distancia de seguridad con el vehículo que te precede, en la medida de lo posible. Las hojas húmedas en la calzada hacen que el pavimento sea resbaladizo y dificultan que los conductores mantengan una buena tracción. Los montones de hojas también pueden ocultar baches, bordillos y marcas de la calle. Por lo tanto, los automovilistas deben comprobar los neumáticos, los frenos y los limpiaparabrisas antes de viajar, y evitar superar el límite de velocidad al conducir.
Las hojas húmedas en otoño también suponen una amenaza para los peatones, sobre todo cuando llegan las heladas. La escarcha, la nieve y la lluvia se mezclan con las hojas, aumentando el riesgo de caída. Los propietarios de viviendas, las empresas de servicios públicos, los comerciantes y otros negocios deben rastrillar las hojas caídas y eliminarlas de acuerdo con la normativa local.
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